martes, 4 de agosto de 2015

VISHOUS HERIDO...23ª



                               

                                                              VISHOUS HERIDO

                                   


Butch y Vishous Fated

Estaba en el gimnasio con Rhage y los nuevos reclutas, riéndome de las chorradas de su hermano...cuando el guaperas se tensó como una cuerda de violín y un dolor en el centro de mi pecho me puso de rodillas en el suelo, coño me dolía como si me estuvieran arrancando el corazón, no podía respirar...Vishous...mi macho, algo malo le había pasado. Sabía que había tenido que ir a instalar unas cámaras de seguridad a casa de unas de las glymera y aunque tenía la noche libre, vendría para casa. Rhage se arrodillo delante de mí, después de despedir a los reclutas.

— ¿Que pasa poli?

—Es Vishous...es mi macho.

—Lo se amigó todos lo hemos sentido. En ti es más fuerte porque estas vinculado a él.

Con ayuda de mi amigo me levante en el momento que los demás entraban preparados. Saco el móvil y lo llamo, hasta cinco veces, joder puto contestador de los cojones, lo sabía, sabía que algo iba a pasar, esa sensación me era muy familiar, pero mi macho me la quito de la cabeza, a base de follarme, hasta cinco minutos antes de tener que irse.

—Darme cinco minutos, voy a por mí arma y a por las llaves del coche. Miro si está en el ático...si esta hare una llamada...sino nos vemos en el callejón del Zero Sum.

Mientras conducía hacia el ático maldecía no poder esfumarme como humo, esa era la única desventaja de ser medio humano-medio vampiro, joder la única. El GPS del móvil de mi macho, jamás y por su mano funcionaba cuando lo llevaba, igual que cada vez que hablaba por teléfono se oía un zumbido. Puta suerte la mía no estaba en el ático y el dolor en el pecho se intensificaba. Llego quemando rueda al Zero Sum y a la altura de mis hermanos maldiciendo y pidiéndole a mi dios que lo cuidara...cuando un olor dulzón y asqueroso llego hasta nosotros.Restrictores, absorbí solo a tres, mis amigos no dejaron que bebiera más chupitos de restrictor, como decía Rhage y menos sin saber aun que había pasado con V.

Wrath me había dado la noche libre, no sin antes decirme que una de las familias de la glymera en la que uno de los suyos había sido atacado la noche anterior, necesitaba la instalación de cámaras que estuvieran conectadas a nuestro sistema de seguridad. Mierda. Odio a esas familias esnobs estiradas, pero son parte de la raza así que no he podido negarme a la ordenEl doggen que me abre la puerta se santigua contra el mal de ojo al ver mis tatuajes y aprieto los labios, dejando la bolsa en el suelo para empezar con el trabajo. Cuanto antes termine, antes podré largarm.Sé que, tal vez, estoy siendo paranoico, pero la pesadilla que me ha estado rondando desde lo de mi madre ha estado reproduciéndose cada vez que he intentado pegar ojo. Sé que algo va a pasar, pero no quiero pensar en ello. Lo único que recuerdo es que en el principio del sueño estoy luchando y, de repente... Sacudo la cabeza y me pongo a instalar la primera cámara. Hombre, seguramente me habría vuelto majara si no fuera por mi macho. Joder, no ha preguntado nada o ha intentado someterme a un interrogatorio para saber qué ocurre y, en parte, se lo agradezco porque soy incapaz de soltar la mierda que me carcome. Llevo meses sin una jodida visión, nada de oír los pensamientos de los demás y ahora esta pesadilla.
El doggen me lleva a la parte trasera una vez tengo la puerta principal cubierta y me enciendo un liado mientras preparo la siguiente. Con suerte en unos veinte minutos lo tendré listo. Además, aún tengo otro encargo que atender en el ZeroSum. Averiguar qué cojones está pasando con el mercado de drogas últimamente, porque algunos reclutas dijeron que el ataque a esta familia no fue del todo al azar y que ese macho que no hacía más de un mes que había pasado por la transición se solía mover por la calle Trade, sobre todo, el ZeroSum. De puta madre. Joder, lo que daría porque Butch hubiera venido conmigo, pero tenía que darles una clase de leyes humanas a los reclutas. Cuando por fin tengo todo instalado y sólo queda activarlo todo desde el Pit, doy media vuelta y me desmaterializo de vuelta a un callejón que queda a un par de manzanas del club del Reverendo. Salgo de él y una corriente de aire lleva a mi nariz el maldito olor nauseabundo de esos hijos de perra. Aprieto las mandíbulas cuando empieza a llover, saco mi móvil y maldigo esta vez en voz alta. Sin puta cobertura. Joder.

Vuelvo a meterlo en mis malditos pantalones y dejo la bolsa detrás de un contenedor del callejón antes de ir hacia donde sé que están esos cabrones. Con suerte quizá el civil que tienen —si es que hay alguno— se salvaráGiro una esquina y ahí están. Cuatro lessers acorralando a una civil. Así que ahora no van a por machos, ¿no?—Eh, talcosos —sonrío de medio lado cuando los cuatro se giran hacia mí—. ¿Por qué no os metéis con alguien que pueda haceros frente?

Los cuatro se ponen en posición de ataque y yo hago lo mismo. Meto mis manos bajo mi chaqueta de cuero y desenvaino las dos dagas antes de que esos cabrones se lancen a por mí."Ojalá el poli estuviera aquí, joder. Son veteranos", pienso mientras envío a uno contra la pared de una patada e intento zafarme de otro que ha intentado atacarme por la espalda. Un tercero saca una navaja y a duras penas soy capaz de esquivarle y el cuarto... Oigo cómo una pistola es amartillada y me giro en redondo antes de escuchar el atronador ruido del gatillo al ser disparado. Mi mano vuela a mi pecho. Mierda... Todo se vuelve negro de repente pero logro enfocar lo suficiente como para ver que el civil se desmaterializa antes de que los hijoputas vayan a por él otra vez. Ge-nial...Caigo al jodido suelo y, supongo, que me dan por muerto o a punto por la manera en que huyen del callejón. Como puedo llego hasta una de las paredes y me apoyo en ella. Con mi mano buena rebusco en mis bolsillos y saco el maldito móvil. Sigue sin cobertura. Dios... el teléfono cae a un lado sobre el pavimento y lo último que pienso antes de caer inconsciente es que el poli tendría que haber estado conmigo.

—No me toques—le grito a Phury que venía en mi ayuda—dame un puto minuto, pero no te acerques, ni me toques.

Aun así se mantuvo lo más cerca de mí que pudo, protegiéndome y vigilándome, mientras los demás hermanos acababan con los que quedaban, me levante apoyándome en el suelo y agarrándome en un lateral de un coche.

—Te llevare a casa poli, los demás seguirán buscando a V.

—Y una puta mierda...es mío...mi pareja. Yo lo encontrare, no vosotros.

—Putos machos vinculados, me tenéis hasta los cojones. Poli, joder, no puedes con tu alma.

—No me iré hasta dar con mi macho...con vuestra ayuda...o solo.

Phury tenía razón todo mi cuerpo temblaba, las náuseas eras repugnantes, pero peor era el dolor en el pecho que se intensificaba por momentos. Mi macho estaba mal herido y en peligro. Miré a mi hermano.

—Está bien poli andando—la determinación que vi en los ojos castaños, me dijo que se iría solo a buscarlo si era necesario y eso ni de broma.

Rhage vio lo agotado que estaba el polipero cuando fue a preguntar—Phury negó con la cabeza y cuando Z lo miro—el alzo las cejas en señal de silencio. Ellos mejor que nadie sabían lo que era estar vinculados a alguien y sabían como se estaba sintiendo el poli en esos momentos.

Si hay algo que en realidad me jode es el hecho de que todo esto me lo temía. No sé qué cojones está pasando a mí alrededor. Mis párpados son demasiado pesados para abrirlos y mi mano sigue sosteniendo mi herida. El móvil hace rato que ha sido olvidado, no hay manera de que haya vuelto la cobertura y, empapado como debe estar, es posible que se haya estropeado.

Mi mente sólo puede centrarse en una cosa: mi macho. Mierda, ¿qué pasará si yo no logro sobrevivir a esto? ¿Qué va a ser de él? Joder... intento calmarme, mantenerme con vida. Tengo que respirar, mantener mi cuerpo funcionando.

Sé que van a encontrarme, tienen que hacerlo.

¿Para esto he luchado? ¿Para esto he esperado todo este tiempo a encontrar a esa única persona capaz de entenderme, de saber cómo soy y cómo me siento? Dios, no permitas que esto termine así, déjame vivir más tiempo y haz que mi poli sea capaz de encontrarme.

Habíamos llegado a las afueras de la ciudad después de recorrer todo el puto centro. Los cuatro estábamos calados hasta los huesos y en mi caso me sentía exhausto, coño necesitaba encontrar a mi vampiro. No haberlo encontrado me tenía de muy mala hostia y esa rabia era buena porque me mantenía en pie, pero no pensaba volver si no era con él. Para que quería seguir viviendo si V no estaba a mi lado.

—Poli hay que regresar—me espetó Rahge.

—Volver vosotros, yo no voy a ningún lado si no es con mi macho—me frote el pecho.

—Coño poli no seas cabezota

Me di la vuelta encarando a Z.

— ¿Y si lo han herido? ¿Si lo han capturado? —Joder como dolía pensarlo—Z, lo quiero conmigo... ¿puedes entender eso?

—Si puedo poli.

—Pues no me iré hasta que empiece amanecer y en cuanto anochezca volveré a salir en su busca no voy a dejar a mi macho a su puta suerte, porque entonces será la mía y perderéis dos hermanos de golpe. No pretendo seguir viviendo si no lo tengo a mi lado.

Me di la vuelta y volví a caminar, cuando una ambulancia, seguida de una furgoneta del telediario del Canal 6 pasó por delante de nosotros y lo supe. Supe que se trataba de mi macho, de mi vampiro, no de humanos.

No entiendo por qué los humanos se han metido en esto pero soy consciente, parcialmente, de que estos no son mis hermanos, ni siquiera son de mi raza. Oigo las puertas de una ambulancia cerrarse y aunque desearía levantarme y largarme de aquí, soy incapaz. Coño, estoy absolutamente paralizado

Joder, joder, joder... Como no salga de donde me van a llevar me voy a achicharrar de día.

Mientras llegábamos al lugar mi pecho se oprimió más aun y el dolor se hiso más agudo, más penetrante. La brisa de la noche llevo hasta mi el olor de la sangre de mi macho, mucha sangre, joder, mezclada con olor a talco de los cojones...

—Dios mío...!!!VISHOUS!!!

Me abalancé hacia la cinta cuando Rhage me agarro del brazo, intenté zafarme, pero sin éxito.

—Para poli, hay compañeros tuyos en ese sitio. Súbete el cuello, bájate del todo la gorra y quédate quieto aquí en las sombras con Z...Rhage y yo iremos a ver qué ha pasado.

Llevaban un buen rato...y estaba de los putos nervios.

— ¿Qué hare si está muerto?-—no me di cuenta de que había hablado en voz alta, hasta que Z se acercó y sin tocarme me habló.

—Poli, tú procura mantenerte en pie. Ese cabrón no es fácil de llevar por delante y ahora tiene un motivo para seguir, tú poli y que coño no podéis privarme de rajar vuestra espalda el día del emparejamiento.

No pude evitar una sonrisa, había que ver el cambio de los hermanos desde que estaban emparejados...sobre todo Z.

Phury y Rhage llegaron a mi altura y sus caras lo decían todo...la cosa era seria de cojones.

—Fue llevado al hospital Saint Francis...con el nombre de Michael Klosnick, joder, le pegaron dos balazos. Estaba grave...perdón, está grave.

—Gracias Dios Bendito...hay que sacarlo de ese sitio.

—Joder—grito Phury—Wrath no me coge el puto teléfono y tenemos serios problemas...si esos humanos han abierto a V.

—No entiendo nada...

—Poli...somos diferentes por dentro...sin lo abren...sabrán que no es humano.

—Mierda—la cosa se complicaba—pues hermanos, esta va a ser una larga noche. Mi macho está mal herido, solo y en un hospital de los malditos humanos y solo quedan cinco horas para que amanezca así que vamos a por él...!!!YA!!!...a moverse rápido.

Vi que los tres hermanos sonreían—puta hostia—¿dónde estaba el chiste?

—Joder, poli—tercio Rhage—!malditos humanos!... ¿y tú que eres mamón?

—Pareces gilipollas. Soy un vampiro cabrón, aun, no te habías enterado.

Las carcajadas de los tres rompió el tenso silencio de la noche y yo terminé riendo también, cabrones de mierda, pero coño si no los quería.

El murmullo de unas voces me despierta y frunzo el ceño confuso. No tengo ni la más remota idea de dónde estoy, porqué me siento tan dolorido o cómo he llegado adonde sea que esté. Mis párpados pesan demasiado, como si me hubieran... ¿drogado? Jo-der. ¿Qué coño ha pasado? Lo último que recuerdo es que volvía de la casa de los esnobs de la glymera a la que fui a instalar las cámaras de seguridad y que iba a hablar con el Reverendo. Después de eso...

Nada. Todo está absolutamente en blanco.

Una de las voces es profunda, pero reconozco el olor a humanos. Huma... ¿qué cojones? La otra es más aguda, de mujer, pero es tan autoritaria y mandona como la del hombre... macho... lo que sea.

—Creo que cierto paciente ha despertado... —oigo que dice el tipo cuando ve que abro los ojos.

— ¿Qué...? —Antes de que la hembra termine la frase el tipo ya se ha largado y a mis ojos no ha pasado desapercibido la mirada lujuriosa que le ha lanzado. Sólo hay una cosa que me viene a la mente mientras le veo abandonar la habitación de hospital en la que estoy: "Hermano". Extraño, muy extraño.

La enfermera que estaba a la entrada de cuidados intensivos, se quedó de piedra, cuando vio entrar a cuatros hombres, empapados hasta los huesos, enormes, cuadrados, coño luchadores de Pressing Catch y hermosísimos, el sueño de toda mujer soltera y casadera, con disimulo miro sus manos y vio que no llevaban alianza. Phury sonrió ante los pensamientos de la enfermera. Si ella supiera que no te ataba un simple aro de oro sino la sangre y el nombre de tu hembra o macho grabado en la espalda...sacudí la cabeza. Joder, el primero tenía el pelo largo y de varios colores, que envidia de pelo, el segundo era excitantemente guapo y despertaba la libido de cualquier mujer y hombre, el tercero a pesar de la cicatriz en la cara, era realmente eróticamente peligroso y al cuarto no se le veía la cara, pero a buen seguro seria como sus amigos. Sabía que los pensamientos de esa enfermera los estaba exasperando y las caras de mis hermanos era todo un poema, esbocé una corta sonrisa que se desvaneció cuando la voz aguda y chillona de la mujer corto el aire.

— ¿Puedo ayudarles en algo señores?

—Estamos buscando a Michael Klosmick, en admisión, nos dijeron que lo bajaron aquí después de operarlo.

Dios la sonrisa del melenas, era devastadora.

— ¿Son familiares suyos?

—Sus hermanos.

Definitivamente el padre se esas criaturas tenía que estar cañón, no había nada más que ver, lo que tenía delante de su mostrador,joder había mujeres con suerte.

—Lo lamento pero tendrán que volver mañana, acaba de salir del quirófano y no se permiten visitas—de repente y sin saber porque cambio de opinión—está al fondo del pasillo, habitación 10,solo puede entrar uno y no mucho tiempo. Buenas noches doctor Manello.

—Buenas noche Isabel, ¿todo bien?

—Si gracias.

—Perdón enfermera, ¿el doctor esta con nuestro hermano?

—Es doctora y si esta.

—Genial gracias.

El melenas, de lentillas amarillas, la miraba intensamente y de repente no pudo recordar nada.

—Serias tan amable de darme tu nombre de usuario y clave del ordenador.

—Isabel 36,FMONT2.

—Muchas gracias.

Recordó que tenía algo que hacer y se dio media vuelta, tenía que tomarse una aspirina, el dolor de cabeza la estaba matando.

Esos ojos verdes estaban clavados en los suyos, como si no le importara mantenerme la mirada. Joder, sólo he conocido a una persona capaz de seguir mirándome a los ojos sin avergonzarse o amedrentarse por lo que pueda ver en ellos. Mi poli.

—Es imposible que estés despierto —murmura mientras se coloca el estetoscopio y se me acerca. Tengo que hacer un esfuerzo tremendo para no enseñarle los colmillos. Baja un poco la sábana y va palpando con el aparatito de los cojones, que está más frío que un maldito cubito de hielo—. Es... imposible —repite, sacudiendo la cabeza.

Hombre, para un vampiro no lo es, pienso mientras sigo mirándola. Cuando se acerca a mi mano maldita, gruño, apartándola de ella. Joder, lo último que necesito es calcinar a una hembra humana con la cosa.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí? —pregunto con voz ronca, con lo cual carraspeo para intentar aclararme la garganta.

—Tres horas, he tenido que operarte. Tuviste suerte, la bala sólo te rozó el corazón, pudimos extraerla.

Mierda. Joder. Me han abierto, en un puto hospital humano. A saber qué más me han hecho.

Entramos conmigo a la cabeza en la habitación, como elefantes en una cacharrería. Ignoré a la doctora que estaba cerca de mi macho, con cara pasmada y agarrada por Rhage ya que intentaba llamar a seguridad. Joder no pude evitar gruñir, no quería a nadie cerca de mi vampiro. El hermano la aparto un poco, mientras seguía sosteniéndola.

En dos zancadas estuve junto él. En cuanto nuestras miradas se encontraron, las manos de ambos se agarraron a medio camino. Me arrodillé poniendo mi frente contra la de suya, dios necesitaba ese contacto como el aire que respiraba.

—Pensé que te había perdido nallum—no pude evitar unas lágrimas mi macho estaba vivo—hijo de puta no vas a volver a ir solo a ningún lado—mi voz salió más ronca de lo que hubiese querido, pero no me importaba—vamos a llevarte a casa...conmigo y voy a cuidar de ti quieras tu o no.

Joder, ver aparecer a mi macho y a mis hermanos fue como si las puertas del mismísimo paraíso se me hubieran abierto de par en par. Mi mano se extendió sola para recibir a Butch y su cercanía se llevó todo el miedo que había tenido hasta ahora pensando que tal vez tendría que morir achicharrado en ese maldito lugar esterilizado y rodeado de personas que ni siquiera podrían llegar a comprender lo que soy.

—Joder, poli... qué gusto da verte —murmuro de vuelta, cerrando los ojos al sentir su calor cerca de mí—. Llévame a casa.

Lo más rápido que pude le quite todas las cosas a las que su macho estaba enchufado. Enseguida las maquinas dejaron de pitar.

—Tranquila—le espeto Rhage a la rubita—en un momento estaremos fuera de tu vista.

Envolví a mi nallum en la sabana y lo cogí en brazos. A mitad de camino nos topamos con Phury que había estado haciendo su trabajo de borrar máquinas y mentes. Rhage cargaba como un saco de patatas a la doctora, mi macho había dicho que venía con nosotros y yo había aprendido a no cuestionar a su pareja y los hermanos tampoco.

—Déjamelo llevarlo poli—el poli presentaba el mismo aspecto de enfermo que V. Miré a mi gemelo y me negó con la cabeza.

—Lo llevo yo, es mi macho— oí como Rhage le pedía a Phury que durmiera a la doctora.

Camino del Escalade no puedo evitar apretar más contra mi cuerpo a Vishous. Dios me había asustado cuando lo vi, seguía pálido, temblaba entre mis brazos, sentía su dolor y tenía la cabeza metida en mi cuello, su aliento en mi me decía que estaba vivo. Eso era lo más importante, no pude con todo evitar una sonrisa. La doctora no se lo estaba poniendo fácil a los hermanos.

Me aferro como puedo al cuerpo del poli, empeñándome en caminar para que todo mi peso no recaiga sobre él. Joder, ¿qué demonios me han puesto para dormirme? Inspiro con fuerza el olor de mi pareja. He llegado a pensar que jamás podría volver a tenerlo a mi lado, que no volvería a verlo.

—Dios, te he extrañado —susurro contra su cuello.

Esas palabras tuyas dichas en un susurro y solo para mi revolotearon mi corazon. Me situé atrás del todo del Escalade, quería un poco de intimidad, mientras los demás se acomodaban y Z lo puso en marcha. Me coloque de forma que mi macho quedara encima de mí, pegándolo aún más a mi cuerpo. Tal y como estaba poco calor podía darle, pero su contacto le haría bien, a los dos.

Con una mano y toda la suavidad de la que soy posible lo aparto de mi cuello, necesitaba ver sus ojos, o me iba a volver loco....

—Eh, nallum, mírame...muéstrame esos brillantes que tienes por ojos y te doy mi palabra de que luego te dejare dormir.

Abro mis párpados y elevo la mirada lentamente. Joder, cómo me gusta ese color chocolate. Una media sonrisa se apodera de mis labios mientras dejo que mi mano maldita repose sobre uno de sus muslos, pero enseguida frunzo el ceño cuando una oleada a olor a talco para bebé inunda mis sentidos.

—¿Qué cojones...? —gruño.

—Tranquilo nallum, soy yo, tu macho. No estas con esos cabrones, soy yo, tú poli tuvimos una pelea antes de encontrarte.

No pude seguir llegamos a la mansión. Media hora después...V estaba sobre su cama, tapado hasta la cintura, el pecho desnudo y con los vendajes que le habían puesto en el hospital. A Wrath ver a la humana no le hizo ni pizca de gracia y aunque sabía que le había salvado la vida a V no le gustaba que ella estuviera ahí y en la habitación de los dos. El rey quedo que volvería luego hablar con Vishous sobre la doctora y joder mi macho tenía que alimentarse. Eso no le iba a gustar un pelo. Entré al baño, me di un baño caliente, intenté vomitar pero nada salió de mi estómago, sabía que las náuseas se las producía el mal que retozaba dentro de mí. Me puse un chándal y una camiseta.

Al salir, la doctora se había despertado, al igual que su macho.

Mi cabeza se gira hacia la puerta del baño que acaba de abrirse y no puedo evitar sonreír aliviado. No tenía ni la más remota idea de dónde demonios estaba y, al verlo salir con el pelo aún mojado, no puedo evitar sentirme más tranquilo aunque sigo algo cabreado.

—Nallum, déjame... —carraspeo—, déjame que te limpie, ¿sí? Te ves fatal.

—Primero te tienes que alimentar—mire a la doctora—también le traerán algo de comer a usted—la hembra asintió con la cabeza, mientras observaba con curiosidad todo lo que pasaba a su alrededor—después de que tomes te ocuparas de mí, no antes V.

En ese momento se abrió la puerta entrando Phury, Rhage, el Rey Marissa. Problemas a la vista, su macho no se iba alimentar de ella, coño y yo tampoco quería, no por ella, por su vampiro...

—V, macho tienes que hacerlo y no hay ninguna de las habituales libre y...bueno Beth se volvió a ofrecer y yo dije que no.

—Y una mierda —contesto de mala uva. Coño, me alimentaría de cualquiera menos de ella. Ni aunque fuera la última hembra sobre el jodido planeta—. No. Que venga una Elegida.

Mis ojos siguen fijos en Marissa, como si con ellos pudiera abrir un jodido agujero en medio de sus cejas o quemarla viva sólo por el placer de hacerla desaparecer de una jodida vez por todas.

—Maldito asno cabezota, las elegidas, sirvieron ayer no hay nadie más tienes que hacerlo. Son circunstancias extremas nallum, si no te alimentas sabes lo que pasara y joder V...necesito que te alimentes para que me limpies si sigo un minuto más con esa mierda dentro me voy a pegar un tiro.

—Perdón...por meterme...yo podría curarle...lo que tenga.

Todos miramos a la doctora...con cara de pasmados.

—Créame, usted no podría, aunque quisiera o pudiera curarme. Él—mire con intensidad a mi vampiro— es...el único que puede hacerlo pero gracias.

—No sabes lo que me pides —digo rechinando los dientes.

Veo a Marissa adelantándose un par de pasos y se queda clavada en su sitio cuando la fulmino con la mirada.

—Yo... eh... me gustaría devolverte el favor de haber salvado a Butch —murmura, desviando la mirada al suelo. Hijadeperra. Sí, claro. Como si le hubiera salvado por ella, no te jode.

—No me debes nada —escupo—. No puedo hacer esto —digo mientras mis ojos se fijan en Butch—. No puedo.

Agarre a Marissa del brazo y la lleve hasta la cama de V...descubrí su muñeca si no era por las buenas seria por las malas.

—Escúchame bien cabrón egoísta, esto me gusta menos que a ti pero te necesito y lo sabes. Luego si quieres odiarme puedes hacerlo e incluso me largare de tu vida si me lo pides, pero ahora vas a beber, a coger fuerzas y a limpiarme esta puta mierda.—Pegue mi culo a la pared al lado de la puerta y Rhage se pegó tanto a mí que si movía mucho la cabeza podríamos besarnos—ni loco vamos— ambos brazos a los lados de mi cabeza.—Hazlo hijo de puta o te mato yo mismo. Ahora Vishous—trono la voz de Wrath.

Le di las gracias en silencio.

Aprieto las mandíbulas y el olor a océano que me invade cuando se sienta sobre nuestra jodida cama es como si estuvieran disparándome otra vez. La hembra levanta su muñeca a la altura de mi rostro y mis encías cosquillean cuando mis colmillos se alargan al oír el pulso en ella.Con una mano temblorosa le agarro del brazo y mis ojos vuelan hacia mi pareja que está atrapado por el descomunal armario ropero que es Hollywood. Mierda. Soy un imbécil. Esto no será más fácil para él que para mí y sin embargo sólo estaba pensando en mí mismo. Mis labios se entreabren, dejando que mis colmillos se posen sobre la muñeca de Marissa y al ver que asientes, los clavo. No soy delicado, ni siquiera me lo planteo y el grito de dolor que escapa de los labios de la rubia me complace. Demasiado. La fuerza de su sangre me golpea con fuerza y por un momento mis ojos se desenfocan. Mi mano enguantada sube para agarrarla también y siento un ansia voraz en mí. Pero al abrir los ojos noto con demasiada claridad las diferencias. Esa muñeca no es grande y fuerte, ese brazo no está esculpido ni es tan hermoso como a lo que estoy acostumbrado. Ni siquiera el olor. Gruño al recordar todo lo que he hecho con mi macho, cuántas veces le he mordido y bebido de él y tengo que apartarme de ella.

Jodido cabrón cuando parecía que iba hacerlo se despega de la muñeca de Marissa gruñendo. Si no hacía algo el Rey lo iba a obligar a beber y a la fuerza, la voz de Marissa, me saco de mi pensamiento.

—Butch ven hasta aquí...

Rhage me soltó y me arrodillé a su lado y el de mi macho.

—Jodido cabezota tienes que alimentarte y no se puede esperar a mañana, dios nallum, tienes que hacerlo—aparte el pelo de su cara y bese sus labios.

—Alimentaos...los dos...a la vez...beber de mi...unidos.

Siseo, retrayendo el labio y no precisamente porque esté hambriento, que lo estoy. No voy a dejar que...

—Está bien —oigo que dice el poli y giro mi cabeza hacia él con tal rapidez que creo que he oído crujir mis putas vértebras.

—¿Qué? —escupo.

—No me mires así, no quiero hacerlo, no es tu sangre. Pero si para que bebas tengo que hacerlo, lo haré y si para que bebas tengo que hacer una locura, también la haré. Así que clávate en esa vena y empieza a chupar...hasta que no te vea haciéndolo no clavare los míos.—Como vampiro vinculado sabía lo que pasaría cuando terminaran de alimentarse y después de lo que los dos habían pasado se merecían un poco de intimidad. Sonreí iría en busca de mi shellam...la reyna.—Lleva a la doctora al antiguo cuarto del poli, avisa a Frizt de que le lleve la comida ahí y quédate con ella, Phury. Tu Rhage saca a Marissa de aquí en cuanto se alimenten.

Hijodeperra... pienso mientras le miro con fijeza al volver a clavarme en su muñeca, abriendo nuevas heridas. No tiro de la vena hasta que no veo cómo él también hunde sus colmillos en la otra muñeca de Marissa. Mi mano maldita vuela hacia el poli, aferrándose a su antebrazo, intentando marcar mi terreno incluso en esta situación tan surrealista.

Dios la sangre de Marissa era bastante pura pero no tenía el sabor de la de mi macho. No era fuerte, picante, llena de fortaleza, de vida, pero no la soltaría hasta que su macho bebiera lo que necesitaba. El calor de la mano de su macho le llego cuando se aferró a su antebrazo y la mía voló por debajo de la sabana, sobre su muslo, para que se tranquilizara. Seguía bebiendo cuando nuestras miradas se cruzaron, sólo esperaba que su macho supiera leer en la mía.

Me trago el gemido que pugna por salir al sentir su mano sobre mi piel. Cuando me siento lo suficientemente saciado me aparto de su vena, cerrándole las heridas más por consideración a los presentes que otra cosa y el castaño hace lo mismo. Rhage es rápido, se acerca y coge a la doc para sacarla. Phury hace lo propio con Marissa y antes de que todos abandonen la maldita habitación ya estoy abalanzándome contra Butch, obligándolo a recostarse sobre le maldito colchón, siseando cuando los puntos en mi pecho tiran. A tomar por culo, joder.

Asalto su boca con la mía, metiendo mis manos bajo su camiseta y gruñendo contra sus labios mientras el aroma de mi vinculación sale a jodidas oleadas de mí.

—Mío —rujo antes de obligarle a ladear la cabeza para clavar mis colmillos en su yugular.

Abrí las piernas para acomodarlo sobre mi cuerpo y que no se hiciera daño mientras bebía de mi vena, se quitó el guante y coloco la mano sobre la herida debajo del ombligo, limpiándolo. Dios si no era lo más erótico que su macho había hecho por mí. Al acabar de limpiarme me sentí limpio para estar con él y con una mano pego mi boca más a la vena y lo acomodo de forma que nuestras pollas se rocen, un gemido de satisfacción broto de mi garganta. Mi macho estaba vivo y en sus brazos, bebiendo de su vena. Así es lo perfecto...

Joder. Me siento casi desesperado por probarle, por quitar de mi boca el sabor de esa esnob relamida. Sé que aún estoy débil y que la sangre tardará un par de horas en hacer pleno efecto, pero a tomar por culo. Le necesito ahora y lo voy a tener.

—Coño, nallum... Nunca... vuelvas a hacerme algo así. No vuelvas a meterme en una encrucijada como esta, mamón...

Le agarre la cara — separándolo de mi cuello—a la mierda si me hacía daño.

—Escúchame bien mamón...lo haré siempre que tu puta vida esté en peligro y no porque te necesite para que me cures sino porque te amo. Te amaba antes de que tu mano me curara y porque si tu no andas por aquí, tocándome los cojones, yo no quiero vivir. No pase todo lo que pase para quedarme solo, como si tengo que bajar al mismo infierno, a por la sangre del diablo y ahora sigue bebiendo de mí.

Volví a ponerte sobre las heridas, del cuello y el orgasmo me asalto con la polla dentro de los pantalones poniéndome todo perdido,que se joda el mundo.

Sonrío contra tu garganta y mientras cierro las incisiones no puedo evitar colar mi mano dentro de tus pantalones de deporte y tus bóxers.

—Eso ha sido rapidez —me burlo. Me fulmina con la mirada y no puedo evitar la carcajada que sale de lo más profundo de mi ser antes de sacar mi mano y, sin apartar mi mirada de la suya, lamer la semilla que ha quedado impregnada en ella—. Delicioso.

Cabrón mal nacido, mejor iba a darme una ducha y después se ocuparía de la polla de su macho, estaba echando leches por la carcajada que había soltado por correrse, cuando me quede como una estatua, viendo a mi macho, lamer mi simiente de su mano.

—Tú sí que sabes, como poner andar la libido de tu macho.

Con cuidado lo quite de encima mío señalándole el baño y desaparecí dentro sonriendo. Mientras el agua caía, pensé como seria V masturbándose, ¿cómo lo haría? Con esa idea loca en la cabeza, salí sin secarme y completamente desnudo. A pesar del vendaje, su macho se veía esplendido, tendido sobre las sabanas negras, majestuoso, con tu liado en la boca y ese olor tan característico de ti, quería de nuevo tu marcaje en mí, pero antes...

Mis ojos se elevan hasta los tuyos cuando te veo reaparecer. Mi mano buena coge el liado para quitármelo de los labios mientras dejo la otra bajo la sábana. Veo cómo tus ojos van bajando por mi torso, demorándose un par de segundos en las vendas que cruzan mi pecho y, al notar el movimiento más abajo, los fijas allí. Mi sonrisa se tuerce un poco más y ladeo la cabeza, intentando contener el jadeo que pugna por salir cuando noto cómo tu polla vuelve a la vida con solo imaginarte lo que está pasando ahí abajo.

Se me seco la boca y su polla, presento sus respetos, en cuanto por mi cabeza pasó lo que su vampiro estaba haciendo con la mano debajo de la sábana, el movimiento no dejaba ninguna duda, dios adoraba que su macho supiera o se imaginara lo que el quería ver.Camino hasta los pies de la cama y quito la sábana, tirándola al suelo, me quedo delante de ti, de pie, con los brazos cruzados, las piernas abiertas y disfrutando del espectáculo.

—Nallum... ¿vas a seguir masturbándote para mí?

Gruño por lo bajo y dejo caer mi cabeza hacia atrás, mordiéndome la lengua para no gemir ante su petición. Mierda puta. Vuelvo a fijar mis ojos en los suyos mientras mi pulgar pasa por mi glande, esparciendo el présenme que va derramándose de la punta.

— ¿Es lo que quieres, leelan?

Querer no, lo siguiente, lo deseaba. Anhelaba verlo, oírlo y cuando estuviera corriéndose, meter su polla en la boca y beber su semen.

—Sí, es lo que quiero.

—Acércate —digo con voz ronca, abriendo un poco más mis piernas mientras tú te sientas en el borde de la cama, de cara a mí.

Mi mano pasa a lo largo de mi erección, de arriba abajo. De forma lenta, pero cada pasada es fuerte, intensa, casi dolorosa. Una de mis piernas sube hasta plantar el pie sobre el colchón y mi espalda se arquea mientras un jadeo escapa de mis labios ahora ligeramente entreabiertos. Me quitas la colilla de mi mano buena y la aplastas tú mismo en el cenicero sin apartar tus ojos de mí en ningún momento. Mierda si esto no me está poniendo cada vez más cachondo, joder.El ritmo de mi mano aumenta de velocidad e intensidad, mi respiración es cada vez más errática y costosa. Hago una ligera mueca cuando los puntos en mi pecho vuelven a tirar como perras, pero no me detengo, coño, estoy tan... TAN cerca.

No podía quedarme quieto hasta el final, en dos putas zancadas estaba de rodilla entre sus piernas, con una mano en su pelota y su polla en mi boca. Joder había sido todo un espectáculo verlo masturbarse para mí. Un gemido broto de mi boca, cuando mi vampiro empezó a correrse, como disfrutaba cuando su macho se dejaba ir con total libertad, sin mierdas que le preocuparan o pesadillas que lo dejaran tembloroso. Vishous era todo lujuria, pasión y puro sexo, y ese estupendo amante era mío, solo mío. No me aparte de él, hasta que bebí la última gota y no pude evitar sonreír.

—Cabrón... —Tomo aire porque joder si no me ha dejado vacío en más de un maldito sentido— Ya estabas tardando.—Estiro una de mis manos para obligarle a subir sobre mí y atraerlo para besarle, metiéndole la lengua hasta el fondo. Gruño al sentir algo del olor a océano de Marissa en el ambiente y enredo mis piernas con las suyas.—Bebe de mí —le exijo al separarme de su boca— y entra en mí. Después me tocará a mí, pero sé que lo necesitas más que yo ahora mismo.

De alguna forma mi macho había sabido que me dolió en el alma, verlo beber de Marissa, los celos me llevaban y de no haber sido porque su vampiro lo necesitaba jamás lo hubiese permitido, no sentí nada cuando cogí su vena, nada de nada, sólo celos. Estiro el brazo y cogí un bote de lubricante, me alce sobre mis rodillas, bañe mi polla y metí dentro de mi macho, dos dedos llenos de lo mismo. Luego me coloque sobre él, con cuidado y lo bese en la boca, mientras me colocaba en su entrada, lo mire y le sonreí, dios como lo amaba, dolía tanto amor. Entre en mi vampiro a la vez que le clavaba los colmillos en la vena y me quede quieto saboreando la sensación. Me emocionaba la forma en que su vampiro se abría mientras entraba en él, como se le escapaba un gemido de placer cuando entraba hasta sus entrañas, acomodándose del todo, sabía que había llegado hasta el mismo fondo cuando sus pelotas quedaban a las puertas del culo de su macho, golpeándolo rítmicamente cuando empezaba a moverse como ahora. Santo dios cada vez que V le decía que lo tomara, era un regalo que su pareja le hacía y que a mí me emocionaba, pero hoy era algo más. Busque con mi polla, ese punto que haría que su macho se volviera a correr y entonces mi orgasmo empezó a reptar por sus pelotas, hasta mis riñones para finalmente correr por toda mi polla y escapar por su hendidura, derramándose en su macho. Tuve que soltar su cuello, cuando un gruñido de plena satisfacción escapo de mi boca. Luego cerré sus heridas, metí mi cara en el hueco del cuello de su pareja y llore sin consuelo por lo que había estado a punto de perder.

Al sentir la humedad resbalando por mi piel, mis manos se mueven solas, envolviéndolo por completo. Sé que no hace falta decir nada, sólo el hecho de estar con él, de que me tenga entre sus brazos y el saberme a salvo otra vez es suficiente consuelo y le dejo desahogarse.

—Tranquilo, nallum... Déjalo salir —susurro, besándole el hombro mientras una de mis manos sube hasta su cabello para empezar a acariciárselo. Mierda si no me sentí absolutamente perdido al encontrarme herido en ese callejón sabiendo que me era imposible ponerme en contacto con él.

No sabía cuánto tiempo me había pegado llorando, mi macho me abrazo y me consoló, sin palabras, no hacían falta, sentí a través de mi llanto que me consolaba en silencio. Salí despacio de mi vampiro, me puse a horcajadas sobre él, seque los resto de mi llanto con las palmas de mis manos y le sonreí.

—Joder nallum, jamás en mi vida he llorado—ni cuando lo de mi hermana—y desde que estoy contigo lloro más que una mujer embarazada y sensible.—Tu risa provoco que mi sonrisa se hiciera más ancha, me hice hacia delante y te bese.—No vuelvas a dejarme solo...si yo te pierdo no sé qué haría sin ti. Dios Vishous te amo tanto que duele y cuando pensé que te podía haber perdido me he venido abajo, eres mi vida cabrón con ojos de diamantes y sonrisa cabrona, joder no podría tirar adelante sin esas cualidades tuyas, mamón.

Sonrío ligeramente mientras le agarro el rostro con ambas manos para que no aparte la mirada de la mía. Coño, pensar que he estado a punto de no volver a ver esos ojos castaños me revuelve las tripas.

—Nunca, ya lo sabes. Si he sobrevivido a esto ha sido porque no he dejado de pensar en ti ni un solo momento —digo con seriedad—. Eres lo más importante en mi vida, nallum, lo único que trae algo de cordura a mi jodida existencia.

Dios su macho sabia ser romántico cuando se lo proponía, no puedo evitar sentirme hinchado de orgullo, porque esa faceta de su macho solo la conocía yo y nadie más y era suyo.

—Nallum creo que dejamos algo a medias y tú sabes que yo no dejo las cosas a medias, así que mueve ese precioso y duro culo y demuéstrame con hechos esas palabras cabrón.

Mi sonrisa se hace aún más amplia y asalto su boca con la mía, obligándole a recostarse sobre su espalda mientras yo me subo a horcajadas sobre él. Puedo sentir cómo mientras le hablaba, su propio cuerpo ha vuelto a la jodida vida y sonrío cabrón cuando me siento sobre su entrepierna, atrapando su polla sobre su vientre con mi propio culo.

— ¿Yo lo he dejado a medias o eres tú el que ha decidido solito que quería otra fiesta? —digo contra sus labios con voz ronca mientras mis caderas se mueven, haciendo que jadee a causa del roce.

La carcajada salió de mi pecho antes de que pudiera contenerla, sólo su mayo me podía llevar de un extremo a otro, de pasar del llanto a la risa en cuestión de segundos. La risa murió cuando un jadeo escapo de mis labios como un siseo, cuando sus caderas rotan entre mis piernas, hijo de puta, sabía demasiado bien lo que me gustaba.

—Uhm... ¿eso es todo lo que sabes hacer tahlly?...ah, esperaba más de ti macho.

—¿Quién ha dicho que es todo lo que tengo? —digo mientras enarco una ceja y dejo que su erección se cuele entre mis nalgas y la aprieto entre ellas mientras otro siseo sale de sus labios—. Sólo estoy empezando contigo... nallum.

Coño si eso era solo el principio y estaba a las puertas de un orgasmo, lo que venía a continuación y de su macho, podrían ser fuegos artificiales, sí señor. Joder si mis caderas no se alzaron, cuando su polla se vio atrapada entre las nalgas de su vampiro.

—Vishous...cabrón.

—¿Sí, poli? —pregunto de forma casi inocente. Casi. La carcajada sale sola cuando me fulmina con la mirada y sus caderas empujan hacia arriba. Me levanto con ayuda de mis caderas, quedando suspendido en el aire y mis manos se apoyan contra el colchón. Mierda, hago una mueca cuando las suturas vuelven a tirar. Joder... siempre olvido que no puedo hacer ciertos movimientos.

Lamadrequeparióaljodidolesserquemedisparó.

La mueca en la cara de mi macho, hizo que me incorporara agarrando su cara.

—Coño nallum no deberías estar haciendo esfuerzos, acuéstate yo lo hare por ti. Yo meteré tu polla en mi culo y me moveré. No me mires así te han abierto en canal, no deberías estar haciendo según que esfuerzos.—Y una sonrisa cabrona se dibujó en mi cara, cuando mi macho me miro con los ojos entrecerrados, preguntándose que cojones pasaba por mi cabeza.

—Cabrón, ¿qué demonios estás pensando...? —Ni siquiera me dio tiempo a terminar la jodida pregunta. De repente me hace recostarme y es él el que está encima mío.

Mi lengua se hizo enseguida con tu cuerpo y tus gemidos ponían una sonrisa en mi boca, coño era muy difícil vivir sin esos gemidos de placer. Al llegar a su polla lo recibió bien duro y firme, joder tendría que acordarse de tener más a menudo un bote de nata en el pit, eso me había gustado y mucho. Cogí el lubricante y unte dos dedos que metí dentro del culo de mi macho, mientras mi lengua pasaba a lo largo de su polla, sin metérmela en la boca y mi otra mano pellizcaba su única pelota, joder no lo cambiaría por ningún tío que estuviera completo de cintura para abajo, me gustaba como era su macho.

—Dime que quieres Vishous...ah...si no me lo dices, no tendrás nada.

—Hijodeperra —gruño, golpeando mi cabeza contra la maldita almohada. ¿Había pensado en meterme en él? A tomar por culo, coño—. Tu boca... —Tomo una profunda bocanada de aire—. Tu jodida boca en mi polla, ahora —te ordeno, mis ojos fijándose en los tuyos.

Dios si no me puso como una piedra, la voz ronca de mi macho y la desesperación en su tono, me endureció más de lo que ya estaba. Metí su polla en mi boca, por completo, hasta la misma campanilla y empecé a chupar, a morder, a lamer, hasta que sus caninos empezaron a crecer y no se lo pensó y no lo hacía en venganza a cuando él se lo hizo, era solo que le apetecía y quería. Lo mordí en el mismo tronco y gruño cuando empecé a beber su sangre y sabía que en unos segundos la leche de su vampiro.

—¡Oh, joder, Butch! —exclamo, mi espalda se endereza de golpe mientras el orgasmo explota directamente en su maldita boca.

No deje de beber hasta que su macho termino de echarlo todo para fuera, cerré las heridas, lo mire sonriendo y cogí con un dedo una gota de leche y sangre que corría por su tronco, llegué a la altura de la cara de mi macho y puse la gota en sus labios.

—Tienes un buen sabor vampiro, exquisito, sabroso, caliente, exótico, cabrón como tú, lleno de vida, picante, sexy, sensual, lujurioso...y a un no he acabado contigo.—Como una serpiente repte hacia la parte baja de tu cuerpo, acomodándome sobre mi estómago en la cama y mi lengua sin previo aviso empezó a follarse tu culo, joder sí que le había cogido gusto a follarte mamón.

Estoy casi seguro de que todo esto es una puta venganza por haberle mordido la polla cuando aún era un humano. Joder. Mis manos se aferran a las malditas sábanas mientras siento cómo mi cuerpo vuelve a reaccionar ante sus estímulos. Mierda puta... y pensar que el muy mamón se jactaba de ser hetero.

—Si llego a saber que ibas a volverte adicto a mi jodido culo te habría entrado mucho antes, cabronazo —suelto, mordiéndome el labio para no dejar salir otro gemido al sentir cómo mi polla vuelve a erguirse de forma orgullosa.

Joder tuve que reprimir una carcajada, tenía razón, quien me había visto y quién me vería ahora, diría que me había vuelto loco de remate y le hubiese contestado, que no conocía a su macho, no señor. Dios si no pude evitar la sonrisa tonta que se puso en mi boca, mientras me levantaba, me colocaba a horcajadas cerca de su polla, metía en mi culo lubricante y llenaba la polla de mi vampiro.

—Eres adictivo cabrón, más que una puta droga.—Lentamente me deje caer sobre tu polla, como me gustaba tenerte dentro de mi mamonazo, hasta que clave entero en ti y te mire sonriendo.—Se ve que estas contento de verme, estoy empalado por tu enorme polla y si pudiera no me bajaría de ella en la puta vida. Pídeme que me mueva o me quedo así toda la puta noche, vampiro.

¿Suplicar? ¿Él? Este tío no le conocía. Sonrío de forma cabrona y mis manos vuelan a sus caderas, aferrándolas con fuerza.

—No suplico. Ni por ti ni por nadie, así que... —le elevo un par de centímetros y cuando le dejo caer otra vez, elevo mis propias caderas para encontrarme con su cuerpo. Le oigo gemir y maldecir y sé perfectamente bien que eso le ha disuadido de seguir en sus trece de querer hacerme suplicar.

—Cabrónhijodeputa—sabía que mi macho jamás suplicaba, que haría algo mas contundente y joder si le había gustado y mucho. V sabía siempre lo que quería y necesitaba de el en la cama, sin pedírselo—vuelve hacerlo nallum, por favor mamón—era a la única persona que le suplicaba y solo en la cama. Ese era el único sitio donde podía dejarse ir sin miedo a nada, sin miedo a fallarle a su macho, sin miedo aceptar lo que su vampiro quería darle, el único sitio donde V se lo daba todo sin dejarse nada dentro y a mí me gustaba, donde jamás era una isla perdida en medio de un océano de dolor y recuerdos.—Vuelve hacerlo tahlly.

Gruño mientras vuelvo a levantarle y a dejarle caer, empujándome hacia arriba para encontrarme con él a medio camino. Joder... las estocadas se sienten... a la mierda sentirse, son más profundas, más fuertes, pero con la ventaja de que con mis manos soy capaz de calibrar la intensidad de cada una como si lo tuviera sobre su espalda y yo sobre él.

—Dios, nallum, me vuelves jodidamente loco —jadeo, estremeciéndome.

—Lo sé y tú me tienes loco de placer—un estremecimiento recorrió toda mi columna vertebral, impulsándome de nuevo hacia arriba y bajando de golpe para encajarlo dentro de mí del todo, le aparte la mano de mi polla—abre los ojos nallum, el espectáculo te va a gusta.—Cogí mi polla en una de mis manos y la cerré en un puño de forma que podía verse la hendidura solamente y empecé a meneármela, mientras salía y entraba tu polla en mi culo.

Hostia. Gruño por lo bajo, afianzando mis manos en sus caderas para ayudarle a mantener el equilibrio mientras doblo mis piernas hacia arriba para que pueda apoyarse si en algún momento se cansa de tanto subir y bajar aunque lo dudo.

Mis ojos se fijan en lo que está haciendo con su mano y rujo, clavándome aún más en él.

Dios no iba aguantar mucho más, la mirada clavada de su macho en lo que estaba haciendo, su mano en su polla, su polla intentando clavarse más dentro de mí y el deseo que anidaba en sus entrañas, saber que lo tenía debajo follándoselo estaba siendo suficiente para que no faltara mucho para correrse.

—Dios...nallum...más...profundo ca...brón.

Me incorporo un poco ignorando la punzada de dolor que me da la herida y sonrío cabrón al alcanzar su oído con mis labios.

—Córrete para mí, poli —digo con voz ronca.

Lo veo que se incorpora sonriendo cabronamente mientras alcanza mi oído y su aliento cuando habla, eriza mi vello. Cabrón, cuatro palabras..."Córrete para mí, poli"... y el orgasmo me llega de forma brutal, sin avisar y arrollando todo a su paso.

—!!!Vishous!!!—No puedo evitar gritar tu nombre y sonreír mientras el orgasmo me asalta.—Quiero tu corrida en mi culo, nallum, ahora, ya.

Me clavo una última vez y me libero en su interior, dejando tanto mi semilla en él como mi aroma vinculante sobre su piel, jadeando y aferrándome a su cuerpo como si me fuera la vida en ello. Escondo mi rostro en su cuello y suspiro.

—Joder, nallum —jadeo, en busca de aire—. Creo que me dejaré herir más veces...

El aroma vinculante de mi macho llego posándose en mi como una fina capa de lluvia y no puedo evitar una carcajada, dios eso había sido lo que se llama un buen polvo, no era que los demás no lo fueran, pero este había sido genial. Abrazó a mi macho y sin salirme de él, lo hice acostarse de nuevo en la cama, tumbándome encima de ti con cuidado de la herida.

—Dios nallum, ha sido como muy bestia, pero me ha gustado y mucho...y joder lo de que te hieran más a menudo ni de guasa mamón, pero si podríamos tener más sexo de este tipo. Coño V la adrenalina de haber podido perderte ha sido un estupendo afrodisíaco, dame esa boca para que pueda besarla.— Sonreí feliz, cuando esa boca, asalto la mía y me hizo gemir.


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